sábado, 6 de febrero de 2010

CICLOS ECONÓMICOS



CICLOS ECONÓMICOS



Son periodos que se repiten una y otra vez, con fases de recesión y de prosperidad , cuyos efectos se sienten en todo el país. Debemos distinguirlos de las variaciones estacionales y tendencias seculares a largo plazo. Las fases de un ciclo económico son auge, contracción, recesión, depresión, recuperación, y expansión.


La existencia de un ciclo económico se puede observar más claramente cuando en las épocas de recesión la gente pierde sus empleos y es difícil encontrar uno nuevo. Cuando la economía comienza a recuperarse es más fácil encontrar empleo. Y si la economía presenta una expansión o un mayor crecimiento las personas pueden permitirse el lujo de escoger dónde quieren trabajar, debido a las múltiples oportunidades que se ofrecen.


La peor recesión que se recuerda es la de los años 30. Aproximadamente una de cada cuatro personas (casi el 25%) estaba en paro. La penuria fue más allá de la mera carencia de ingresos y, para algunos, tuvo como resultado la disolución familiar y el fracaso personal.


A menudo la compra de un automóvil se retrasa cuando no existe seguridad en el empleo, ya que en caso de despido, puede haber problemas para pagar los plazos del préstamo, con el consiguiente riesgo de perder el vehículo.


Parte de los desempleados han sido despedidos, mientras que el resto son personas en busca de su primer empleo, como por ejemplo jóvenes que acaban de terminar sus estudios.


Es muy común buscar empleo en otra empresa si las condiciones de trabajo o el sueldo no son satisfactorios. En cierto modo, estos cambios de empleo son deseables, puesto que los trabajadores pueden hacer mejor uso de sus cualificaciones.


A mediados de los 80 la disminución del precio del petróleo hizo que muchos negocios relacionados con el petróleo dejasen de producir beneficios. Algunas empresas suspendieron las perforaciones y prospecciones y despidieron a sus empleados. Estos últimos pasaron a formar parte del desempleo estructural del país.


Durante la gran depresión de los años 30, el desempleo era completamente cíclico. Aquéllos que aún conservaban su empleo se aferraban a él, por lo que el desempleo friccional era prácticamente inexistente. El desempleo estructural era también menos frecuente que el causado por el miedo de la gente a gastar dinero y la necesidad de las empresas de reducir la producción.


Algunos países calculan el índice de desempleo basándose en la proporción de personas que solicitan subsidios de desempleo. El método de la encuesta utilizado en los Estados Unidos parece ser más exacto, porque algunas personas pueden solicitar el subsidio mientras trabajan ilegalmente.

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